Miles de fieles llegaron hasta el convento Santa Rosa de Lima para orar ante la imagen y tocar la estatua de la patrona de la Policía Nacional; sin embargo, no pudieron recibir la bendición de este pequeño monumento porque estaba cubierto con un plástico negro.

Existen varias versiones sobre este hecho, pero en el diario El Comercio el fray José Madueño explicó que la mano de la estatua estaba frágil, pues hacía un mes que la estaban restaurando.

Debido a esta situación, los responsables del convento decidieron cubrir la estatua, con el fin de que no sea dañada ante la masiva asistencia de fieles.

Este monumento se ubica al lado del pozo de los deseos, donde es muy común la aglomeración de personas que dejan sus cartas. Por ello, en este sector los encargados del convento ordenaron y agilizaron el paso de los creyentes.

Al ver a la estatua tapada, algunos fieles reclamaron por esta situación y de todas maneras insistieron en tocarla por debajo del plástico negro que lo protegía.