Hugo Robles del Castillo, comando de Chavín de Huántar, criticó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) busque procesarle a él y a sus compañeros que participaron en el rescate de la embajada japonesa en 1997 y justificó la muerte de los emerretistas.

“Los militares solo pensamos en la patria y esto que está pasando con los comandos no le hace bien al Perú. Primero nos denuncian en el fuero militar y quince años después ante la CIDH. Estamos quedando como una republiqueta”, manifestó al diario La República.

Enfatizó que su objetivo en esa operación era “rescatar y poner el pecho” y agregó que “en combate, un terrorista me puede enseñar un bandera blanca y esperarme con una granada o clavarme un cuchillo. (…) El terrorista nunca se rinde”.

Asimismo, indicó que es mentira que el encargado de Asuntos Políticos de la embajada del Japón, Hidetaka Ogura, haya visto a dos emerretistas rendirse. “¿Cree que con el ruido de las bombas, las balas, pudo haber escuchado algo? Además, el grupo de japoneses fue el primero en salir, y eso se vio por la televisión”.

Sin embargo, sostuvo que tendrá que investigarse el caso del emerretista rendido que entregó el suboficial Raúl Robles Reynoso, pero que luego apareció muerto.

Indicó que nadie le informó del ingreso de los ‘gallinazos’ (así se les denominó a los infiltrados de Montesinos) durante la Operación, pero aseveró que es el general José Williams Zapata es el que debe responder por ello, porque fue el jefe de la Operación.