El ministro de Defensa, Alberto Otárola, estuvo reunido el miércoles con el presidente Ollanta Humala en Palacio de Gobierno. Y estaría por revelarse una decisión presidencial que, por un lado, pondría en evidencia su apreciación sobre la operación Chavín de Huántar.

El martes se confirmó que el nuevo comandante general del Ejército será Leonel Cabrera Pino, uno de los comandos que participó en la operación Chavín de Huántar en 1997.

Cabrera Pino, quien entonces era coronel, lideró el grupo Alfa, el cual operó en el primer piso de la residencia del embajador de Japón tomada por los terroristas del MRTA. Esto le valió el ascenso al año siguiente al grado de general de brigada, pero también le ocasionó problemas judiciales.

En mayo del 2002, la jueza Cecilia Pollack, quien despachaba el Tercer Juzgado Anticorrupción, dictó orden de detención preliminar contra él y otros 11 oficiales por las supuestas ejecuciones extrajudiciales de siete terroristas.

En aquel entonces, Cabrera Pino ya había llegado a ocupar el cargo de comandante general de la División de Fuerzas Especiales (DIFE).

Cabrera es un hombre cercano a Ollanta Humala. Comandó la base antisubversiva de Madre Mía mientras el ahora presidente estuvo destacado ahí. Además, se sumó a la campaña de Unión por el Perú (UPP) en el 2006, cuando Humala era candidato presidencial de esta agrupación y Cabrera había pasado a retiro (luego lograría su reincorporación mediante la vía judicial).

Fuente: El Comercio