Chucky: el muñeco diabólico es una película de terror del año 1988, en la que un asesino convicto a punto de ser abatido a tiros por la policía, logra transferir su alma en un muñeco que fue obsequiado a Andy, un niño que empieza a vivir situaciones extrañas y lucha para que su alma no sea poseída.

¿Sabías que este historia ficticia está basada en un hecho real? Pues sí, se trata de la historia de Robert Eugene Otto, un niño que vivó en Key West, Florida, en 1896.

El día de su cumpleaños este pequeño recibió como regalo un muñeco hecho a mano. El objeto había sido hecho por una esclava que llegó de las Bahamas a Key West y de la que se rumoreaba practicaba hechicería y necromancia.

Inmediatamente el chico se quedó encantado con su nuevo amigo y decidió llamarlo Robert, igual que él. Sus padres empezaron a notar que pasaba cada vez más tiempo con el muñeco, además de ser el único “objeto” de la casa con el que se comunicaba.

Con el tiempo, el niño llegaría a convertirse en un destacado artista, donde en cada ocasión destacaba que le debía todo su talento a Robert. Según algunos testimonios, Eugene siempre se encerraba a realizar sus obras en un cuarto, acompañado del muñeco y donde nadie más tenía lugar para participar.

Al cabo de unos años Eugene llegaría a casarse con su novia Anne, a la que inmediatamente le presentaría el muñeco. Su esposa lo obligó a encerrarlo en el ático.

Finalmente Eugene lo rescató y lo introdujo en el cuarto de huéspedes, donde según los vecinos decían que se acercaba a la ventana del lugar y empezaba a seguir a los niños en su camino a la escuela.

Robert Eugene Otto moriría en 1972, mismo año en el que una familia acompañada por una niña pequeña se mudarían al que había sido su hogar. La familia de la pequeña encontró al muñeco en el ático y decidieron regalárselo.

La pequeña niña de 10 años pasó todo el día jugando con el muñeco, más tarde confesó que este trató de asesinarla y había trabado la puerta del cuarto para que no pudieran entrar sus papás.

Actualmente Robert se encuentra en un museo de Key West, Florida, lugar en donde según los trabajadores del museo continúa asustando personas.

Ellos indican que si visitas el museo y quieres tomarte una fotografía con Robert primero debes pedirle permiso y esperar que él te autorice afirmando con la cabeza.