Era el año 1995 y Sudáfrica vivía divida en dos grupos muy marcados, blancos y negros, quienes encontraban el mínimo pretexto para enfrentarse y agredirse.

La selección de rugby del país africano, los ‘Springboks’, no estaban ajenos a esas diferencias. Los integrantes y aficionados de dicho combinado eran blancos y contrarios a Nelson Mandela. En contra parte, los habitantes de color siempre hacían fuerzas para que su selección sea derrotada.

Esta situación obligó a que el exlíder haga uso de la máquina para conseguir que todos los sudafricanos animasen al equipo de Rugby. Mandela motivo al equipo a que realizara entrenamientos a las zonas más pobres del país habitadas por niños negros.

Además también le dio al capitán de los ‘Springbooks’ un poema, ‘Invictus’, unos versos que leía el expresidente durante sus años condena en Robben Island.

A pesar de las críticas, Nelson Mandela siguió confiando en su propósito, que se vio beneficiado con la clasificación de Sudáfrica a la final del Mundial que ellos mismos organizaban.

Un 24 de junio de 1995 en el estadio de Ellis Park de Johannesburgo ocurrió algo que muy pocos esperaban, las tribunas totalmente repletas por hinchas blancos y negros, que finalmente terminaron por festejar juntos el título obtenido por los ‘Springboks’, que derrotó por 15 a 12 al favorito seleccionado de Nueva Zelanda.