En la final de la Copa del Rey se encontraron dos de los equipos más grandes de España, y de mayor rivalidad a nivel mundial. Barcelona había tenido la paternidad en clásicos ganados, pero esta vez los madridistas no se permitieron perder la final.

Los primeros minutos del partido el Barcelona intentaba dominar el encuentro, pero la jerarquía del Real Madrid pudo más y el primer en convertir fue Angel Di Maria. El empate lo puso el canterano Bartra, pero sobre el final del partido ocurrió un gol de antología.

Gareth Bale se mandó un corrida olímpica que quedará grabada en las memorias de todas esas personas que asistieron al Mestalla y de los millones de humanos que veíamos ese duelo por tv. El joven galés corrió desde el medio campo, sacándole una ventaja de 5 metros a su perseguidor, y cuando estuvo frente al arco sólo la empujo ante un poco hábil Pinto.