La motociclista española Laia Sanz, una de las catorce mujeres que participará en el , aseguró que todavía habrá que esperar unos años para que aumente la presencia femenina en el rally más duro del mundo.

Antes de tomar este sábado la salida de su octavo Dakar, Sanz comentó que la tendencia está cambiando y ahora hay más chicas que practican motociclismo, “pero el cambio no es momentáneo”.

“Necesitamos unos años para ver a más mujeres en el Dakar. Hay que esperar a que crezcan y tengan el apoyo para participar en el rally”, indicó.

La piloto catalana, que ha alcanzado la meta en las siete ediciones anteriores en las que ha participado, contó que correrá este Dakar con el objetivo “realista” de terminar entre las quince primeras posiciones de la clasificación general.

Sin embargo, guarda la ilusión de colarse entre los diez primeros, como ya hizo en 2015, cuando terminó en novena posición, la mejor posición de una mujer en motos en la historia del Dakar.

“Vengo animada porque tengo experiencia, que siempre es bueno en una carrera de este tipo, y especialmente este año que será un año muy duro”, vaticinó.

Sanz comentó que todos hablan de la dureza de las dunas del desierto peruano, pero afirmó que ella le teme más a la segunda semana del rally, con etapas en la altitud de Bolivia y en el calor de Argentina.

También recordó que en esa segunda semana habrá dos etapas maratón, donde no podrá recibir asistencia para su moto, “en las dos peores etapas” del rally, una de ellas en la zona de argentina de Fiambalá, con momentos a 50 grados celsius, donde se han visto “pilotos deshidratados y motos quemándose”.

Sanz también comentó que su nueva KTM “va muy bien y es totalmente diferente a la del año pasado, porque la gasolina va mucho más abajo y en el centro, lo que la hace menos física y más estable y manejable”.

El Dakar 2018 parte este sábado de Lima y recorrerá cerca de 9.000 kilómetros, más de la mitad cronometrados, entre Perú, Bolivia y Argentina hasta llegar a la meta situada en Córdoba.

(EFE)