Mi padre, mi amigo y confidente. Una persona muy especial e importante para mí. En él puedo confiar ciegamente pues nunca me va a fallar o decepcionar. Es la persona que aunque reviente en berrinches me apoyará. Él daría su vida por mí y por mi felicidad. Sí, esa persona de la cual yo estoy muy orgullosa y amo mucho, es mi papá.

Mi papi es una de las personas que solo al mirarme a los ojos, sabe cómo estoy. Él que siempre se presta para mis travesuras y me apoya psicológicamente. Es la persona con la que puedo ser yo misma, hasta llegar al límite de comportarme como un bebé. Alguien que no le importe como lo llame, pero sí le importa mi amor hacia él.

Él se llama David Romero Champi, tiene 47 años, es morenito y gordito. Mi papá tiene el cabello negro, largo y lacio, sus ojos son grandes, redondos y claros. Tiene una nariz fuera de foco y sus labios son tan gruesos que podría hacer una “hamburguesa junior” con ellos.

Finalmente, a pesar que mi padre muchas veces se comporte como un niño, terminemos peleando peor que enemigos o discutamos sin razón y sin motivo, es único. Otra “especie humana” como él no hay, porque eso es para mí, “una especie humana única en el mundo y está en peligro de extinción”. Por todo esto y mucho más, te amo papá.

Por: Michell Romero