Para Terence Tong, que vive en un apartamento de 300 pies cuadrados (28 metros cuadrados) con sus padres y su hermano, Hong Kong no puede construir viviendas públicas a velocidad suficiente en la ciudad más cara del mundo para tener una casa.
Tong forma parte de un grupo de casi 130,000 personas que quieren comprar una de las 2,160 viviendas subsidiadas, las primeras en más de una década, que se pusieron en venta en diciembre. Las unidades, que se ofrecen con un 30% de descuento, parten de US$ 1.9 millones de Hong Kong (US$ 245,000).
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“No son baratas pero en este momento puedo decir que de todos modos son accesibles”, señaló el empleado de tecnología de la información de 30 años. “Me gustaría tener mi propia casa. No puedo vivir con mi familia para siempre”.
El responsable ejecutivo de Hong Kong Leung Chun-ying corre contra el reloj para cumplir su promesa de incrementar la oferta total de viviendas un 18% en los próximos diez años en tanto los precios siderales han hecho que tener casa propia sea imposible para las personas como Tong. El desafío que enfrenta Leung es encontrar suficiente tierra para su plan de construir 480,000 nuevas viviendas.
Fuente: Bloomberg