Adolfo de Jesús Constanzo nació en Miami, Estados Unidos. Su madre le enseñó dos cosas: a robar y sobre un culto denominado Palo Mayombe. Ambos, Constanzo y su madre, fueron arrestados numerosas veces por crímenes menores como robo, vandalismo, y “farderismo”(robo a comercios, ocultando mercancías entre sus vestimentas).

En la adolescencia se hizo amigo de un sacerdote del rito Palo Mayombe, quien le enseñó las habilidades necesarias para ser un narcotraficante y estafador para una carrera “encaminada hacia la maldad”.

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En México, a mediados de la década del 80, se convertiría en el líder de un poderoso culto que tenía a capos del narco, músicos famosos e incluso oficiales de policía bajo su mando. El culto establecido en Matamoros vendía drogas, desplegaba ceremonias ocultas y, para fines de 1987, secuestraba y asesinaba personas para usarlos en sacrificios humanos.

Luego de cometer decenas de atrocidades en sus rituales, sus discípulos fueron cayendo uno a uno decide chantajear a la policía con los nombres de los autoridades que participaron de su culto, pero la dimensión de sus crímenes sobrepasaba cualquier intento de conciliación.

En 1987, al verse rodeado de agentes ordena que lo asesine y así sucedió, fue eliminado a balazos. Sara Aldrete, una sobreviviente, sacerdotisa del culto y amante de Constanzo, confesó todos los terribles crímenes que cometieron, aunque luego lo negó todo y aseguró que fue una rehén.