Su mudanza al palacio de veraneo de los papas, ‘el Vaticano número dos’, como lo bautizó cariñosamente Juan Pablo II, no será aparatosa. Primero porque su estancia en este pequeño pueblo a una treintena de kilómetros al sur de Roma será muy breve y, segundo, porque el Papa siempre ha viajado ligero de equipaje.

Así fue su desembarco en Roma en marzo de 1982 cuando Juan Pablo II le llamó para que ejerciera como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El entonces cardenal de Munich solo se llevó a su nuevo hogar sus dos mil libros y su piano. Su piso estaba a pocos metros del Vaticano, en el Borgo Pío, y todos los muebles eran de segunda mano.

En abril de 2005, su elección como Papa le obligó trasladarse al Palacio Apostólico. La mudanza sería aún más sencilla.

Le espera el piano

En estos ocho años de Pontificado, las grandes aficiones de Benedicto XVI no han cambiado un ápice. Algunos libros para los dos meses que residirá en Castel Gandolfo, el belén familiar, dos plumas Mont Blanc y un reloj Junghans que le dejó su única hermana antes de morir serán algunos de los objetos personales que acompañarán a Benedicto XVI en este viaje, cuyo destino final será el Monsterio Mater Ecclesiae dentro de los Jardines Vaticanos.

El piano seguramente ya le esté esperando en esta residencia pontificia, conociendo la pasión del Papa por la música, sobre todo de Bach, Mozart o Bruckner. “Aquí tengo todo, el lago, la montaña y veo el mar”, afirmó Joseph Ratzinger cuando tomó posesión del palacio, una frase que el alcalde de la localidad grabó en una placa y colocó en una plaza.

Benedicto XVI se instalará en dos plantas que conforman el apartamento papal, que incluye el dormitorio del Pontífice, las habitaciones de los secretarios y las cuatro laicas consagradas de Comunión y Liberación que le cuidan y una capilla privada.

El palacio ubicado entre el mar y el lago Albano cuenta además con 55 hectáreas de jardines, donde el “Papa emérito” podrá dar largos paseos como acostumbraba hacer con su padre cuando era apenas un niño.

Fuente: ABC