El piloto había calculado mal la altitud y el Boeing 707 iba en dirección a la cima de Mont Blanc, la montaña más alta de Los Alpes.
Todas las 117 personas que iban a bordo murieron cuando el avión se estrelló.
Aunque aún quedan pedazos de metal retorcido en las grietas del pico, a lo largo de los años han sido recogidos muchos restos de la aeronave.
No obstante, pasó medio siglo antes de que el lugar del accidente revelara su mayor secreto.
Esmeraldas, zafiros y rubíes
Entre los escombros ardientes que se esparcieron por todo el glacial había una pequeña caja que contenía 100 piedras preciosas (esmeraldas, zafiros y rubíes) y que voló por los aires antes de que el hielo se la tragara.
La caja se hundió en el glaciar y sólo volvió a aparecer 47 años más tarde, en las manos de un alpinista local que llegó a la gendarmería local.
Los gendarmes anunciaron la decisión del alpinista de no quedarse con el tesoro que encontró, cuyo valor estimado es de US$345.000.
“Pueden ver que él es muy honesto”, declaró el jefe de gendarmes Sylvain Merly. “Era un montañista y no se quería quedar con algo que le pertenecía a alguien que había muerto”.
Merly le llevó las gemas a Eric Fournier, alcalde de Chamonix (Alta Saboya), quien las guardó en una bóveda mientras informaban del hallazgo.
Para conocer más sobre esta sorprendente historia, haz click aquí.
Fuente: BBC