Paty Pérez-González era una bella modelo de bikinis, pero en el fondo ocultaba a una experta defraudadora de tarjetas de crédito en Nueva York, Estados Unidos. Sus víctimas eran en su mayoría personas de la tercera edad.
La red de defraudación que había maquillado Paty Pérez-González junto a su pareja sentimental, Alberto Companioni, fue evidenciada por el fiscal de distrito de Nueva York, Chipre Vance.
El magistrado informó que las investigaciones han certificado un fraude de la pareja por más de 2 millones de dólares, aunque podría aumentar con el transcurso de las semanas.
Paty Pérez-González y su novio aprovechaban los ahorros de los demás para viajar a California y Hawai, así como en compras de las marcas Hermés, Burberry, Louis Vuitton y Apple de joyas y relojes, todas a cargo de tarjetas de personas de la tercera edad.
Según el diario Excelsior de México, algunos de los productos adquiridos por Patty Pérez-González eran revendidos en su tienda en línea “Le Moda ruedas”.
