Un tesoro oculto de cientos de fósiles, entre los que se encuentran varios recogidos por el propio Charles Darwin, el “padre” de la teoría de la evolución, han sido descubiertos por casualidad en un viejo armario en la sede del Servicio Geológico Británico, cerca de Keyworth (Reino Unido), donde permanecían olvidados.

Según informa la BBC, los fósiles, perdidos desde hace 165 años, fueron encontrados por el paleontólogo Howard Falcon-Lang.

El armario contiene “piezas de madera fósil y vegetal pegadas a láminas finas de vidrio, listas para ser estudiadas con microscopio”. Un trozo de madera fósil fue recogido por Darwin durante su famoso viaje del Beagle en 1834, la expedición en la que el científico comenzó a desarrollar su teoría de la evolución.

El hallazgo de Falcon-Lang abarca una colección de 314 placas con especímenes recolectados por Darwin y otros colegas cercanos a él, incluyendo a John Hooker (un botánico y querido amigo de Darwin) y el reverendo John Henslow, mentor de Darwin en Cambridge y cuya hija después se casó con Hooker.

Traslado y olvido

En su visita a la isla de Chiloé, Darwin encontró muchos fragmentos de madera de lignito negro y sílice y piritosas, que se llevó de vuelta a Inglaterra.

Allí, explica la BBC, Joseph Hooker fue el responsable de montar la colección mientras trabajaba en el Servicio Geológico Británico, pero Hooker no los numeró en el registro oficial. La colección se trasladó varias veces y cayó en el olvido.