En el vídeo, grabado con un teléfono móvil por un desertor del Estado Islámico, se ve al joven Ahmed con los ojos vendados y colgado de las muñecas a un palmo del sueldo mientras es azotado con correas y látigos por dos supuestos militantes del grupo yihadista vestidos de negro y con la cara tapada.

“Pensé en mis padres. Pensé que iba a morir y que iba a dejar atrás a mis padres, a mis hermanos y a mis amigos. Me dieron latigazos y descargas eléctricas para que confesara. Y les dije todo”, afirmó Ahmed a la cadena británica en Turquía, hacia donde logró escapar tras liberarse de sus captores.

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Cuando vivía en Raqqa, ciudad del norte de Siria controlada por el EI, Ahmed fue inducido con engaños para atentar contra yihadistas, relató la BBC.

Dos hombres, a los que acababa de conocer, se acercaron a Ahmed y le pidieron que colocara una bolsa cerca de un lugar donde se reunían miembros del grupo terrorista.

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Después de ser capturado y torturado durante dos días por miembros de EI, Ahmed fue sentenciado a muerte, pero su verdugo tuvo piedad de él y le ayudó a escapar.

“Cuando me aplicaban descargas eléctricas gritaba llamando a mi madre. Pero, en cuanto lo hice, uno de los torturadores subió el voltaje todavía más”, explicó Ahmed.

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“Pretenden ser religiosos, pero son infieles. Pretenden seguir las reglas musulmanas, pero no lo hacen. Fuman, golpean y matan a gente”, dijo el joven, que confesó que no consigue dormir pues sigue teniendo pesadillas.

La ONU estima que más de 25.000 personas de más de un centenar de países diferentes han llegado en los últimos años a Siria para unirse a grupos terroristas del país.

Fuente: EFE