Para muchos veteranos del ejército de EEUU, adaptarse a la vida después de una guerra es muy difícil.

Jarret Gimbi asegura que sin Gunny él no estaría vivo. Gimbi sirvió en Afganistán e Irak, y después de sufrir una lesión cerebral se retiró con todos los honores en el año 2009. Cuando llegó a casa estaba deprimido y tenía la idea de suicidarse.

Encontrar a su perro Gunny en la organización “Guardians of Rescue” ayudó a cambiarlo todo. La organización de Long Island (EE.UU.) ofrece perros a los soldados veteranos que lo necesitan.

Gimbi no ha sido diagnosticado con trastorno de estrés postraumático como muchos otros veteranos de guerra, pero debido a su lesión en la cabeza sufre de vértigo, irritabilidad y otros problemas. Gunny le ayuda a ir superando día a día todos estos problemas.

“Si tengo dolor de cabeza, él pone su cabeza en mi cabeza”. “Si voy a perder el equilibrio, se pone a mi lado. Él lo sabe todo”, dijo Gimbi.

Robert Misseri es el fundador de “Guardians of Rescue” y trata de ayudar a tantos veteranos como puede. “Esta es mi oportunidad de servir a aquellos que han servido”, comentó Misseri.

El impacto que pueden tener los perros es increíble. Ayudan a los veteranos como ningún ser humano podría hacerlo. “Les dan a los veteranos un nivel de confianza que no tienen con la gente”, añadía Misseri.

“El hecho de saber que ella está mirando alrededor y me notificará todo lo que vaya mal me ayudará”, sostuvo.

Fuente: Contextotucuman.com