Una ola de tres atentados con bomba, que fueron atribuidos a las FARC, causaron 18 muertos y 77 heridos en distintos lugares de Colombia en menos de 24 horas.

Esas acciones terroristas llevaron al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, a cambiar su agenda y visitar el lugar donde ocurrió el atentado más mortífero: Tumaco, un puerto marítimo sobre el Pacífico, en el suroeste del país.

Allí, una ‘moto bomba’ estalló el último miércoles por la tarde frente a una estación policial y causó 11 muertos y 61 heridos entre uniformados y civiles.

Los otros dos atentados ocurrieron en Villa Rica, en el departamento del Cauca (suroeste), donde hubo seis muertos y doce heridos; y en Cajamarca, en Tolima (centro), que dejó una mujer muerta y cuatro heridos.

“Condenamos como debe condenar la comunidad internacional y todos los colombianos estos actos demenciales de terrorismo que está haciendo las FARC”, expresó Santos, quien tildó de “hipócritas” a los subversivos.

El mandatario dijo que ese grupo sedicioso “por un lado habla de paz y por el otro comete actos terroristas”, en alusión al anuncio que hicieron ayer las FARC de suspender temporalmente la anunciada liberación de seis rehenes, pocas horas antes del atentado en Tumaco.

Por ello, Santos anunció un importante refuerzo militar en la zona. “Hemos decidido intervenir Tumaco con una unidad de la infantería de Marina y otra del Ejército. Serán más de 2,500 hombres adicionales”, anunció el mandatario.