Sólo cuatro senadores apoyaron a Lugo, que con 39 votos en contra perdió un “juicio político” promovido, de manera veloz, por la Cámara de Diputados, y desarrollado en el Senado constituido como tribunal.

Otros mandatarios paraguayos enfrentaron antes este proceso constitucional, pero es Lugo el primero en ser formalmente destituido. Raúl Cubas Grau prefirió dimitir, en 1999, antes de ser destituido por el Congreso durante las protestas conocidas como el “marzo paraguayo”.

Pese al apoyo de las otras naciones sudamericanas, Lugo ha pagado muy caro la muerte de seis policías y once campesinos durante un desalojo de “sin tierras” el pasado 15 de junio en una reserva forestal privada en Curuguaty.

Ese episodio sangriento fue una de las cinco acusaciones que le han costado la destitución: también se lo ha considerado responsable de instigar las ocupaciones de tierras en la región sojera de Ñacunday y de la ola de violencia en Paraguay.

Las otras dos acusaciones tienen que ver con su apoyo a un acto político de jóvenes izquierdistas celebrado en un cuartel en mayo de 2009 y al protocolo de Ushuaia II del Mercosur, que actualizó la “cláusula democrática” del bloque.

Fuente: Clarín de Argentina