Ana Montes es una estadounidense que por años se burló de las autoridades de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, por sus siglas en inglés) del Pentágono, ya que desde 1985 hasta los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, ella entregó secretos militares a La Habana mientras trabajaba como una de los principales analistas de esa institución estadounidense.

Lo realmente grave es que La Habana vende toda esa información militar a naciones como China, Rusia, Irán, Venezuela y Corea del Norte, dice Chris Simmons, agente retirado de la DIA, en declaraciones al programa de CNN ‘Declassified’.

¿Cómo llegó a la DIA?

A la edad de 20 años, Montes “ya estaba mucho contra Estados Unidos” por “el abuso que Estados Unidos había hecho” al manipular gobiernos en América Central y Sudamérica, dice Ana Colón, una de sus excompañeras de escuela.

En 1984, Montes había terminado su carrera universitaria y tenía un trabajo en el Departamento de Justicia en Washington.

También estudiaba una maestría en la Universidad Johns Hopkins, en donde alguien notó sus apasionados puntos de vista sobre Cuba. Luego, fue presentada a reclutadores y aceptó ayudar a la causa cubana.

Al mismo tiempo, Montes aplicó para un trabajo en la Agencia de Inteligencia de Defensa, donde los trabajadores manejan secretos militares estadounidenses diariamente. Ella comenzó en ese lugar en 1985, cuando ya era espía cubana, según el FBI.

Su peculiar técnica de espionaje

En la DIA, Montes escogió una técnica de espionaje que le ayudó a evadir la detección por 16 años: nunca tomó documentos o archivos electrónicos para llevarlos a casa, sino que memorizó toda la información y, estando en su hogar, los escribió de memoria en su laptop, según el FBI.

Montes era considerada una empleada modelo. Incluso, en 1997 recibió un certificado de distinción. Nadie se imaginaba que ella venía recibiendo instrucciones en código sobre dónde tenía que entregar toda la información a sus contactos cubanos. Entre sus colegas de la DIA le llamaron la “Reina de Cuba”.

Así fue atrapada

Desde 1996, Scott Carmichael, un oficial de contrainteligencia de la DIA, comenzó a sospechar de ella. Cuatro años después, él escuchó que el FBI estaba buscando a un espía dentro de la DIA que estaba trabajando para Cuba.

El sospechoso había viajado a la Base Naval de Guantánamo, en una fecha en específico. Cuando buscó la lista de empleados de la DIA que visitaron la base durante esas fechas, apareció el nombre de Ana Montes.

“En el momento en que vi su nombre, lo supe”, dice Carmichael.

El FBI encontró más pistas que la apuntaban a ella como la espía que buscaban, por lo que realizaron un delicado trabajo de inteligencia y finalmente, el 21 de septiembre de 2001, Montes fue puesta bajo arresto.

Ahora, la “Reina de Cuba”, actualmente de 59 años, se encuentra en el Centro Medico Federal Carswell en Fort Worth, Texas. Se trata de una prisión para reclusas con necesidades médicas especiales. Sin embargo, se desconoce si Montes tiene problemas de salud. Ella saldrá libre el 1 de julio del año 2023.

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