Cuatro explosiones en la ciudad de Ramadi, al oeste de Bagdad, en Irak, acabo con la vida de al menos 10 personas y dejó otras 20 heridas.

Según informó una fuente local dos artefactos explosivos estallaron cerca de la entrada de un complejo gubernamental.

Este hecho hizo que efectivos del Ejército se acercaran al lugar y al llegar un suicida detonó un cinturón con bombas matándolos en el acto.

Asimismo, cerca a un hospital de esa ciudad donde los heridos de los primeros ataques fueron trasladados un coche-bomba con un terrorista suicida en el interior explotó.