El cuerpo de la menor de nombre Rosalía se encuentra en las catacumbas del monasterio de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, en Palermo, Italia, el que originalmente fue un cementerio en el siglo XVI, y en el que los monjes excavaron criptas subterráneas.

El padre de la niña contrató a un conocido embalsamador para que momificara a su hija y así esta puede permanece “dormida para toda la eternidad”, informan medios de Italia.

Noventa y cuatro años después, el cuerpo de la niña es uno de los más visitados por los turistas, debido a que suele abrir y cerrar sus ojos de vez en cuando. Dicha acción es considerado por muchos como un milagro.

Los expertos indicaron que sería la humedad del lugar en que se encuentra el ataúd, sumada a los “flashes” de las cámara, los que provocan el supuesto milagro de que la niña momificada abra y cierra sus ojos.