Tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, los Aliados prohibieron a Japón disponer de un ejército similar al que se pueda encontrar en cualquier otro país del mundo.
En su lugar, se crearon las Fuerzas de Autodefensa, una institución que está completamente subordinada al poder civil y que tiene prohibida la actuación fuera de las fronteras nacionales, pero que en la práctica funciona como un organismo militar.
Pese a su pequeño tamaño (apenas 230.000 miembros, de los que dos tercios pertenecen a la rama de Tierra, en un país de 125 millones de habitantes), la Rikujo Jieitai tiene cierta popularidad entre la juventud: 4500 candidatos intentan entrar cada año en el instituto de Yokosuka, la única academia existente en todo el país.
Sólo 300 muchachos de entre 15 y 19 años son admitidos, de los que el 90% permanece en las fuerzas armadas al acabar sus estudios. Y los años que los cadetes pasan allí se caracterizan por la severidad y el rigor propios de los cuarteles… así como por la exigencia habitual de la educación japonesa.
Fuente: Noticias.yahoo.com