Sin conciencia del peligro al que se exponía, el menor de sólo 4 años, quiso proteger a su madre, Amber, herida en una pierna, y a Amelie, su hermana de 6.

Entonces, cuando vio que se acercaba uno de los terroristas, se interpuso y le dijo que era “un hombre muy malo”.

Increíblemente, a pesar de todo el horror que había ocasionado, éste se compadeció del niño y su familia. Le pidió perdón y le regaló unas barras de chocolate Mars. “No somos monstruos”, le dijo.

Cabe indicar, la familia británica había ido a comprar leche al supermercado, cuando se vio sorprendida por la balacera. Rápidamente, se escondieron detrás de un mostrador.

Horas más tarde, los dejaron escapar. “Tuvieron mucha suerte. Los terroristas dijeron, en el supermercado, que si alguno de los chicos estaba vivo podrían irse. Amber se paró y dijo ‘sí’”, contó Alex Coutts, tío de Elliot.

Fuente: Infobae y Agencias