Tyrese Glasgow era una pequeño de 12 años muy brillante. El más inteligente de su escuela, ubicada en las afueras de Manchester, Reino Unido. Pero un incidente con sus libros marcó su destino y mostró la presión que cargaba en su interior.
La semana pasada Tyrese Glasgow había recibido felicitaciones del director, una estrella por buen rendimiento y un diploma por buena conducta. Era un modelo de estudiante, quizá por eso cuando notó que había olvidado sus libros, pensó que obtendría una amonestación y notas rojas en su libreta, y para evitarlas se ahorcó.
Según narró su madre a medios locales, Tyrese estaba llegando a la escuela cuando se percató del olvido y volvió a su casa para recoger los libros.
Sin embargo, cuando llegó a su vivienda se percató de otro detalle: había olvidado las llaves y le tomaría más tiempo ingresar. Eso significaba llegar tarde a la escuela y perjudicar su récord de notas.
La madre cuenta que varias horas después recibió una llamada de la escuela donde le indicaban que Tyrese no había llegado. Preocupada, lo llamó una y otra vez. “Pensé que me estaba ignorando porque había descubierto que no estaba en clase”, indicó.
Desesperada, regresó a su casa y cuando abrió la puerta vio a su hijo colgado. Los intentos de reanimación fueron en vano.
“Le afectaba mucho cuando se metía en problemas. Se quedaba muy triste y molesto, con los puños cerrados. Le costaba contener sus emociones y pasaba mucho tiempo hasta que se calmaba”, relató la madre.
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