Los esfuerzos que hacen muchos novios para llegar en su mejor línea a la boda parece que no sirven de mucho: casarse engorda. Y divorciarse también.

Ésa es la conclusión de un estudio de la Asociación Estadounidense de Sociología, según el cual el riesgo de subir de peso se incrementa tanto en los dos primeros años de matrimonio como en los dos que siguen al divorcio.

El estudio, basado en más de 10 mil personas, señala a las mujeres recién casadas como las que tienen más riesgo de ganar unos kilos.

En algunos casos la subida de peso puede suponer un “riesgo para la salud”, según los autores, de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.).

Los investigadores siguieron a los sujetos del estudio entre 1986 y 2008. Comprobaron las alteraciones en su Índice de Masa Corporal (IMC) en comparación con su estado civil.

Fuente: BBCMundo.com