Además, las áreas de mayor pobreza tienen una menor incidencia de cáncer y mortalidad más elevada que las de menor pobreza.

Estos estudios fueron publicados en la edición digital de la revista ‘Cáncer’. Sus resultados ponen de manifiesto la importancia de incluir medidas sobre la situación socioeconómica en los esfuerzos nacionales de vigilancia del cáncer.

El nivel socioeconómico parece influir en el tipo de cáncer que una persona puede desarrollar.

Francis Boscoe, del Registro de Cáncer del Estado de Nueva York y sus colegas compararon a personas que viven en zonas de más pobreza con otras de áreas de más riqueza, asignando casi tres millones de tumores diagnosticados entre 2005 y 2009 en 16 estados más Los Ángeles, un área que abarca el 42 por ciento de la población de Estados Unidos, a uno de cuatro grupos en función de su residencia en el momento del diagnóstico.

Para todos los tipos de cáncer combinados, hubo una asociación insignificante entre la incidencia y la pobreza del cáncer, pero 32 de los 39 tipos de cáncer mostraron una relación significativa con la pobreza (14 se vincularon positivamente y 18 negativamente).

Ciertos tipos, el sarcoma de Kaposi y el cáncer de laringe, el de cuello uterino, de pene y de hígado fueron más probables en los barrios más pobres, mientras que otros tipos como el melanoma, de tiroides, de piel no epitelial y de testículos eran más probables en los barrios más ricos.

Boscoe explicó que los tipos de cáncer más asociados con la pobreza tienen menor incidencia y mortalidad más alta, mientras que los relacionados con la riqueza tienen una mayor incidencia y mortalidad más baja.

“Cuando se trata del cáncer, los pobres tienen más probabilidades de morir de la enfermedad mientras que los ricos son más propensos a fallecer con la enfermedad”, agregó.

Fuente: Lainformacion.com