Ante cientos de miles de fieles que se congregaron en la plaza de San Pedro y que abarrotaron los aledaños, el papa indicó que los dos nuevos santos “fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia (termino griego que significa libertad) del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia”.

De ellos, Francisco recordó, en una homilía pronunciada en italiano, que “conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron”. “En ellos, Dios fue más fuerte”, exclamó.

Francisco comenzó comentando el episodio bíblico sobre Santo Tomás que toca las llagas de Jesús resucitado y luego subrayó cómo Karol Wojtyla y Angelo Roncalli “tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado”.

San Juan XXIII y San Juan Pablo II, como los llamó ya el pontífice, “no se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús”, agregó.

Para el papa Jorge Bergoglio, “en estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había una esperanza viva, junto a un gozo inefable y radiante”.

Francisco dijo que al convocar el Concilio Vaticano II (1962), Juan XXIII demostró “una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; fue el Papa de la docilidad al Espíritu”.

Mientras que al pontífice polaco Francisco le definió como “el papa de la familia”. “Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene”, agregó.

El pontífice argentino terminó su homilía pidiendo que “qué estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia”.

Fuente: EFE