Las autoridades de Nueva Zelanda suspendieron las tareas para extraer el petróleo del barco que naufragó la semana pasada en las costas de ese país, debido a la inestabilidad del casco.

Los buzos que inspeccionaron el barco determinaron que los tanques de combustible no están anclados en el arrecife.

El barco ya ha vertido cientos de toneladas de crudo. El equipo de rescate está trabajando a toda marcha para vaciar los tanques antes de que las olas destruyan la nave. Hasta el momento sólo se han extraído cerca de 10 toneladas de las 1.346 del combustible que contiene el buque.

La tarea resulta compleja por la inclinación del barco y porque el casco ya tiene fisuras y puede llegar a partirse en dos.

Fuente: BBC Mundo