Katia Keyvanian es una integrante del equipo de la nave Costa Concordia que, por imprudencia de su comandante, encalló en una orilla rocosa de la isla de Giglio, sobre el Mar Tirreno.

Ella asegura que todos cumplieron con su deber y de un modo muy eficiente. Estos son extractos de su mensaje publicado por Il Post, con los signos de exclamación y mayúsculas puestos por la autora:

¡Hemos evacuado, en la oscuridad y con la nave completamente inclinada, a 4.000 personas en menos de dos horas! Gente incompetente no hubiera podido hacerlo.

El comandante, Francesco Schettino, no fue el primero en partir, eso es falso. Yo estaba en el último bote salvavidas y el comandante se mantenía de pie en el puente 3 mientras el barco se hundía. ¡VERGÜENZA A USTEDES, LOS PERIODISTAS INCOMPETENTES que escribieron que abandonó el barco! Yo estaba en el bote y, mientras nos alejábamos, casi nos aplasta la nave que se hundía (…).

Recogimos a una gran cantidad de pasajeros caídos al agua y mientras desvestíamos a una niña empapada para envolverla con una frazada térmica, ¡uno de los pasajeros filmaba con su teléfono! ¡Vergüenza! (…) Mientras subíamos a otra personas [con una cuerda], otro hombre sacaba fotos. Debimos manejar a una manada de ovejas a la deriva ¿y nos llaman incompetentes? (…) Cuando le pedí a un pasajero que no fume, con el barco inclinándose, en la oscuridad y con la posibilidad de que hubiese una fuga de carburante, me contestó: “Me quita el estrés”…

(…) Nos esforzamos por salvar a los pasajeros. Si están sanos y salvos, es sólo gracias a nosotros, gracias a la tripulación que hizo todo lo que pudo. No queremos agradecimiento.

Fuente: Infobae