Tres veces Troy Davis escapó a la sentencia de muerte que le impuso el sistema de justicia del estado de Georgia, en el sureste de Estados Unidos.

El estadounidense de 42 años deberá ser ejecutado, como ordenó hace casi dos décadas un tribunal, por haber matado a un policía en una pelea callejera en Savannah, en 1989.

Davis siempre defendió su inocencia. Nunca se encontró el arma de aquel delito.

Pero varios testigos sirvieron para ponerlo en el sitio donde murió el oficial Marc McPhail y establecer su culpabilidad.

Es uno de los muchos casos basados en “evidencias circunstanciales”, que suelen ser muy cuestionados por expertos legales, sobre todo cuando involucran la pena de muerte.

Y en este lo es mucho más, porque siete de aquellos nueve testigos se retractaron o cambiaron su opinión. Además, varios de los jurados que lo condenaron inicialmente también cambiaron de parecer y así lo han dicho públicamente.

Sin embargo, la ejecución de Davis está pautada para las 7:00 p.m. de este miércoles, hora de Atlanta,cuando debe ser aplicada una inyección letal.

Fuente: BBCMundo.com