Difamar a su esposa le costó muy caro. Un joven yemení fue sentenciado por los líderes religiosos de su comunidad a recibir 20 latigazos en público tras afirmar que su esposa no era virgen.

El sujeto hizo tal revelación delante de su suegro y de varios ancianos. Afirmó que la joven se había casado y divorciado antes de estar con él.

Tras varias semanas de estudios, la joven difamada demostró que fue virgen hasta antes del matrimonio, por lo que los ancianos la respaldaron y condenaron al marido.

Fuente: Dailymail