Quiso ir por comida y casi termina muerto. La naturaleza una vez más nos muestra la habilidad que tienen los animales a la hora de planear sus ataques, aunque no todos terminen siendo exitosos.

Este es el caso de un oso polar que quiso aprovechar que un grupo de morsas dormía para acercarse a sus crías para raptarlas y posteriormente devorarlas. Sin embargo su plan fracasó.

Así lo muestran las imágenes captadas por un fotógrafo de vida silvestre en Svalbard, Noruega.

En las fotos se observa cómo el oso se acerca sigilosamente a las enormes morsas y cuando ya faltaban escasos metros de capturar a una presa, una de las crías se percató del hecho y lanzó un sonido de alerta.

En ese instante, el grupo se despertó y el líder del grupo mostró sus afilados dientes para disuadir al animal blanco, quien consciente de la ventaja numérica prefirió alejarse.