Nela Kuja Chumpi es una nativa de la comunidad indígena Achu, ubicada en la selva nororiental, que creía había sido víctima de una brujería, debido a que bajo de peso, se le caía el cabello, se cansaba mucho, tenía diarreas, náuseas y le dolía todo el cuerpo.

La mujer llegó a Lima para tratarse de su enfermedad porque en su comunidad nadie pudo aliviar su dolor. Su familia le hizo tomar yerbas contra “el daño”, los centros médicos le dieron analgésicos, pero cada día se sentía peor.

Tras todos los intentos fallidos, junto a su esposo Eloy Tsejem Atsuam emprendió un viaje de cuatro días, por río y tierra, desde la provincia de Condorcanqui, en la frontera con Ecuador, hasta la Capital.

La indígena que no habla ni entiende castellano tuvo que llegar a Lima para que en el hospital Arzobispo Loayza le diagnosticaran un avanzado estado de VIH, pero también, un cuadro de tuberculosis, Hepatitis C y desnutrición crónica.

En el idioma awajún de Nela no hay un término para definir el virus de VIH que causa el sida. Los indígenas tuvieron que inventarlo: jata VIH ajawai, llaman al que tiene el virus; y casi siempre este concepto va acompañado de jata susamu, el que está embrujado.

La misma semana de marzo que le diagnosticaron su enfermedad, a su esposo le informaron que también era seropositivo, según reporta la BBC que dio a conocer el caso de Nela.

Nela Kuja y su esposo llegaron a Lima con un solo un conjunto de ropa, sin dinero porque gastaron todo en los pasajes y sin saber qué era y cómo se contagiaba el VIH. Solo el esposo hablaba un poco de castellano. Algunos trabajadores del viceministerio de Interculturalidad le donaron ropa y dinero para los medicamentos.

La delicada salud de Nela Kuja no permitió que iniciara siquiera el tratamiento antirretroviral. Carlos Ninaquispe, el médico que la trató, dijo que “antes debían tratar la tuberculosis”.

Sin embargo, no había día que no recordaran a sus hijos y en su comunidad no había servicio de telefonía. Los padres estaban muy preocupados por ellos que se quedaron a cargo de su abuela.

Lamentablemente, en abril pasado, su esposo regresó a su comunidad y abandonó el tratamiento. Nela Kuja hace una semana dejó también el hospital y emprendió el retorno.

Este caso revela la falta de una política de estado para atender a las comunidades indígenas, pese a que en los últimos años han aumentado los casos de sida. Patricia Balbuena, viceministra de Interculturalidad, confirmó que entre el 2003 y el 2007 se notificaron 22 casos de VIH, sólo en la que pertenece la comunidad de Nela, pero entre el 2008 y el 2012 se identificaron 97.

Fuente: BBC