Carlos Tomasio, uno de los 8 procesados por el Caso Business Track (BTR), ratificó que compró el equipo Triggerfish 4080, que intercepta llamadas de celulares, para la Marina de Guerra cuando era agregado naval del Perú en Washington.

Así lo sostuvo ayer, durante su alegato personal ante la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel. Precisó que aunque oficialmente la Marina niega tal adquisición, esta se hizo con fines de seguridad nacional en el 2000.

Agregó que se debe investigar dónde está, pues dijo que ese material ingresó a la Marina, pero ahora no hay rastro de él.

El encausado también cuestionó la forma en que fue conducida la investigación del Caso BTR. Aseguró que se rompió la cadena de custodia de los bienes incautados a los acusados y que se manipularon las pruebas.