Los integrantes de la División de Investigaciones Especiales (DINESP), Walter Lozano, ‘Bica’, y Harvey Colchado, ‘René’, participaron en el diseño y la ejecución de la operación de inteligencia que concluyó con la ubicación y captura de Florindo Flores Hala, conocido como Artemio.

Según el diario ‘La República’, el capítulo final de la historia del líder senderista empezó el domingo 08 de enero de este año. Ese día, en el poblado de Cuñumbuza, en los alrededores de Juanjuí, provincia de Mariscal Cáceres, región San Martín, ‘Bica’ y ‘René’ atraparon a Marino Tapullima Tapullima, ‘camarada Dante’.

Aproximadamente en noviembre del 2011, un informante que pertenecía al entorno de ‘Artemio’ ofreció sus servicios a la Policía a cambio de una parte de los 5 millones de dólares que ofrecía el Gobierno de Estados Unidos. El senderista afirmó que era amigo de ‘Dante’ y que estaba en condiciones de trabajar para la policía por dinero.

Después de verificar que el informante entraba y salía del círculo de ‘Artemio’, los policías le encomendaron “quebrar” a ‘Dante’, es decir, convencerlo para que se convirtiera en un “topo” de la Divinesp.

Escogiendo al “topo”

Durante varias semanas se hizo el intento, pero ‘Dante’ se resistió y al final se echó para atrás. ‘Bica’ y ‘René’ temían que ‘Artemio’ descubriera el operativo y torturara, asesinara y despedazara al enlace de ‘Dante’, como ocurrió con otro infiltrado de la policía en el 2007.

Es así que resolvieron dar un golpe audaz: detuvieron a ‘Dante’, el intermediario entre “Artemio” y el infiltrado. La idea de los agentes era que ‘Artemio’, como ya le quedaba poca gente de confianza, reemplazara a ‘Dante’ con el informante. Para suerte de ‘Bica’ y ‘René’, efectivamente, el “topo” se convirtió en miembro de la seguridad de Florindo Flores sin sospechar que encarnaba el final de su historia como jefe terrorista.

‘Bica’ y ‘René’ recibieron la orden de sus mandos que cuando el “topo” tuviera la primera oportunidad, eliminaría a ‘Artemio’. Se proyectó que el ataque lo consumaría en Santa Rosa de Mishollo. Pero se adelantó, por razones que de momento se desconocen.

El “topo” disparó con una escopeta al líder senderista cuando dormía en las cercanías de este pueblo, pero este se percató de su intención y con una mano desvió el cañón del arma. ‘Artemio’ por eso tiene un forado en la palma derecha y el cuerpo salpicado de perdigones.

El “topo” huyó y se comunicó varias horas después con los agentes de la Divinesp para indicar dónde se había producido el atentado. Al llegar al lugar, ‘Bica’ y ‘René’ no encontraron a nadie, pero detectaron las huellas de sangre que eran la evidencia de que el “topo” había cumplido con su tarea.

Los agentes de la Divinesp siguieron hasta Santa Rosa de Mishollo, donde los enfermeros de la posta médica les dijeron que habían atendido a ‘Artemio’. ‘Bica’ y ‘René’ comprendieron que la patrulla policial era insuficiente. Por ello, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dispuso una vasta operación en busca de Florindo Flores. Fue una patrulla del Ejército la que lo ubicó finalmente.