La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE ) reafirmó la garantía de que el resultado del proceso electoral será el fiel reflejo de la voluntad popular.

En el Perú se emplean cédulas de sufragio, las cuales poseen elementos de seguridad que hacen imposible su falsificación. Una vez que las cédulas han sido escrutadas, estas se destruyen.

Como muestra de transparencia el escrutinio se realiza en mesa y es público. Los personeros de las organizaciones políticas participantes reciben copia del acta electoral una vez efectuado el escrutinio. Las actas se digitan y verifican, para luego digitalizarse a través del escaneado; posterior a ello, son publicadas en la página web de la entidad.

Respecto a los resultados, la ONPE actualiza dicha información permanentemente, conforme se van procesando las actas. Los observadores y personeros acceden a todas las etapas del proceso electoral, recibiendo reportes diarios por escrito y de manera digital.

Asimismo, la lista de electores posee también importantes medidas de seguridad que permiten un control inmediato de parte de los miembros de mesa. Del mismo modo, las actas poseen elementos de seguridad, como un código de barras que las identifica debidamente.

Finalmente, el proceso electoral peruano se encuentra sometido a una intensa fiscalización del Jurado Nacional de Elecciones y de los personeros de las organizaciones políticas participantes, así como a la supervisón de la Defensoría del Pueblo, además de la presencia de los observadores nacionales e internacionales y representantes del Ministerio Público, medios de comunicación y la ciudadanía en general.