Rosario Ponce acabó recibiendo agresiones de parte de medio centenar de personas que la esperaban a las afueras de la sede del Ministerio Público de Arequipa, tras rendir sus declaraciones por el caso Ciro Castillo.

Entre 50 y 60 personas fueron reuniéndose a lo largo del día en la sede de la fiscalía esperando la salida de Ponce. Ella dejó el lugar cerca de las 7 p.m. rodeada de periodistas que fueron testigos de cómo le lanzaban piedras y algunos objetos, entre ellos basura, y la insultaron.

Según informó El Comercio, la joven tuvo que avanzar los diez metros que la separaban de su taxi bajo la custodia de quince policías y salió del vehículo escoltada por un patrullero mientras personal de la USE custodiaba con escudos el vehículo.