Sin embargo, Arequipa se lleva las palmas por ser el lugar más inventivo. La ciudad blanca es perfecta para aquellos puristas que quieren deleitarse en lo tradicional, con sus picanterías de varias generaciones, pero también para los de paladar aventurero y más sofisticado, que quieren probar una gastronomía renovada, como la novoandina.

La BBC menciona a Chicha, el restaurante de Gastón Acurio como un foco de experimentación. El restaurante “tiene un menú ecléctico que ilustra la increíble amplitud y diversidad de la cocina peruana”. Como uno de los platos estrella, ellos ofrecen cuy pero al estilo ‘Beijing’.

El restaurante Zigzag, que “es igual de ambicioso”, es ya un clásico arequipeño. El chef suizo Michel Hediger se ha dedicado a mezclar los sabores de los Alpes con los insumos de los Andes. Ahí encontrarás bistecs de alpaca cocidos sobre piedras calientes o gnocchis de quínua.

En la Trattoria del Monasterio, el restaurante con una de las mejores ubicaciones de la ciudad, dentro del Monasterio de Santa Catalina, podrás comer los famosos camarones arequipeños en lasagna.

Si lo tuyo es lo más tradicional, no puedes dejar de visitar alguna de las picanterías, que están ubicadas a las afueras de la ciudad. “Estas sirven a muchos comensales en mesas comunales, en atmósferas de caos organizado. No esperes un menú; la selección de platos se determina por el día de la semana”. El chupe de camarones es tradicionalmente servido los viernes y uno de los mejores lugares para saborearlo es en Tradición Arequipeña.

Fuente: Placeres del Paladar