Lo llamativo del proyecto es que todas las imágenes eran protagonizadas por ella misma. Todo, desde el peinado hasta la ropa, fue imitado, creando una comparación lado a lado de McConnell y sus parientes mujeres, algunas de las cuales ella no tuvo la oportunidad de conocer.

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La idea surgió cuando su madre le dio uno de sus viejos vestidos. La abuela de McConnell había sido fotografiada con el vestido. Cuando ella vio que también le quedaba, tuvo una idea.

La historia familiar fue siempre parte de su educación. Ella creció en una casa rodeada de retratos de sus antepasados. Una de esas imágenes resonó con ella; la encontraba “espeluznante” cuando era niña, pero luego, se dio cuenta de que la mujer de la foto (su tatara-tatara-tatara-abuela) se veía parecida a ella.

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El proceso de volver a crear las imágenes fue increíblemente laborioso. “Me tomó un par de semanas, pero empecé recreando cada retrato de mis antepasados, igualando la ropa y la iluminación lo mejor que pude. Cosí unas cuantas piezas y tuve que pintar algunas de las imágenes para darle un aspecto auténtico. Cuando terminé, me sorprendió que en cada foto pude ver diferentes características de mi propia cara en estas mujeres”, señaló.

Fuente: Circoviral.com