En efecto, el fallo fue más festejado en Perú, país que presentó la demanda ante el tribunal en 2008, que en Chile, aunque en el balance final no se le puede atribuir un revés a ninguno de los dos.

De acuerdo con la Corte, el límite entre ambos países queda establecido a partir del Hito 1, el mismo que, según Chile, había sido acordado décadas atrás. Desde allí, se sigue el paralelo hasta 80 millas, en concordancia con lo pedido por Chile; y luego queda delimitada la frontera por una línea equidistante hasta las 200 millas, como pretendía Perú.

No había soberanía en juego, sino una zona económica exclusiva en el mar. De esta forma, La Haya reconoció a Perú unos 50 mil kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico, de los cuales, 21 mil pertenecían al triángulo reclamado por Chile como zona económica exclusiva.

“Como era esperable, ambos países ganan y pierden con este fallo”, señaló a Infobae Gloria de la Fuente, directora del Programa Calidad de la Política de la Fundación Chile 21. “Perú gana porque consigue parte importante de la reclamación del límite marítimo; pierde porque no consigue afectar parte importante del mar territorial de Chile ni su zona contigua”, explicó.

“Chile pierde porque, si bien no cede soberanía, sí se queda sin una porción del mar donde se establecía la zona económica exclusiva, pero gana porque logra que la Corte reconozca el Hito 1 y el paralelo que nace a partir de allí y hasta las 80 millas como el límite territorial y marítimo de nuestro país”, agregó De la Fuente.

Por su parte, Jennyfer Salvo, consultora chilena en diplomacia pública, comunicación estratégica y negocios interculturales, sostuvo que Perú obtuvo “un espacio marítimo sobre el cual puede ejercer derechos económicos, pero no plena soberanía”.

La zona pesquera que estaba en litigio es una de las más ricas del mundo y de especial importancia para ambos países, ya que en ese lugar se realiza la pesca de una especie de ancha usada para fabricar la harina de pescado.

Fuente: Infobae.com