Juan Manuel Garay Obregón, alias ‘Huachanito’, fue un ranqueado narcotraficante, pero cuando al ser capturado fue por ser un simple sicario que había participado en la muerte de Ezequiel Nolasco, enemigo de César Álvarez, presidente regional de Áncash.

En mayo del año 2013, su mansión en Huacho fue vulnerada por una banda criminal que era el terror del norte chico. Entre ocho y diez integrantes de la manda los Malditos de Santa María ingresaron a esa propiedad para robar. Uno de ellos, alias ‘Pepito’, cometió un grave error: Violar a la mujer y a la hija de 16 años del ‘Huachanito’.

Luego de ello, Garay Obregón inició su venganza y convocó a varios sicarios. En Huacho ya era vox pópuli que ‘Huachanito’ estaba buscando a los Malditos de Santa María.

Garay Obregón estaba por dar el golpe final, hasta que aparece Ezequiel Nolasco. El 14 de marzo, ‘Huachanito’ entró a un restaurant en Huacho para cenar con sus compañeros sicarios. En ese mismo lugar estaba Nolasco. El ‘Chino Malca’, que acompañaba a Garay Obregón, reconoce al exconsejero regional y deciden asesinarlo, ya que el precio por su cabeza era bastante alto.

La venganza de ‘Huachanito’ seguía en pie pese a todo. El 21 de marzo, los sicarios llegaron en la noche a un campo en el que solían jugar fútbol los Malditos de Santa María. Murieron tres integrantes de esta banda, incluyendo el sujeto que violó a la mujer e hija del narcotraficante.

Habrían dos integrantes de la banda de delincuentes que aún siguen vivos, mientras que ‘Huachanito’ está preso, acusado de ser uno más de los sicarios de César Álvarez.