Pedro Jacinto Uribe Abad es muy suertudo. Su empresa, Aeroparts of USA Corp., constituida hace tres años en Miami con 500 dólares y en la que él es el único trabajador, ganó en noviembre del 2012 una licitación para brindar mantenimiento por cinco años a cuatro aviones Fokker 60 por 45’321,636.56 soles.

Uribe Abad le ganó a la mismísima Fokker Services B.V. La reconocido empresa ha impugnado la licitación y acusa a Aeroparts of USA de no tener ni la certificación ni la autorización del fabricante, es decir, de Fokker Services B.V. para realizar el mantenimiento de dichas aeronaves.

Para ganar esta licitación, Uribe Abad presentó declaraciones juradas en las que afirmaba que su empresa tiene las certificaciones aeronáuticas de la casa matriz, es decir, Folkker Services B.V. Sin embargo, Fokker ha reiterado en sus reclamos que dichas declaraciones juradas contienen información falsa.

El fabricante de aviones Fokker, que es la única empresa que puede dar las certificaciones, reiteró en sus quejas que no le ha dado a Aeroparts of USA Corp ningún tipo de certificación para que manipule sus aviones. Esto, sin embargo, ni a la Marina ni al Ministerio de Defensa les importa.

Lo sorprendente es que la empresa de Uribe Abad ni siquiera tiene como actividad oficial la reparación de aeronaves ni un taller mecánico aparente. Según la ficha de su constitución, se dedica a “Any and all lawful business”, que en español significa “cualquier negocio legal”.

Fokker pidió anular la licitación y acusó serias irregularidades. Apenas un día después de perder la licitación, el 9 de noviembre del 2012, el presidente de Fokker Services B.V., Peter Somers, le envió una primera carta al ministro de Defensa, Pedro Cateriano, y al almirante Carlos Tejada Mera, comandante general de la Marina, mostrando su malestar, informó el semanario ‘Hildebrandt en sus Trece’.