El encontrón entre los operadores políticos de Palacio y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) alcanzó su ebullición durante el reciente viaje del presidente Ollanta Humala a Honolulú, con motivo de la Cumbre del Foro APEC.

La revista Caretas informó que, según una versión proveniente de los asesores de la PCM, Humala decidió decretar el estado de emergencia para suspender las garantías constitucionales en Cajamarca, Apurímac y Moquegua.

El premier Salomón Lerner, que se encontraba negociando en esta última región, lo persuadió por vía telefónica, como también el ministro del Interior, Óscar Valdés, que estaba en Andahuaylas. El presidente también tenía bajo la manga suspender el canon minero, vía decreto supremo, a las regiones donde persistieran las protestas.

Carlos Tapia se desempeñaba hasta la semana pasada como asesor en temas de seguridad de la PCM. Insistió en saber quién “malinformaba” al mandatario. Por entonces, en los pasillos anexos a Palacio se bromeaba, medio en serio, con el “eje del mal” para referirse a los asesores presidenciales Luis Favre y Adrián Villafuerte, además del jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), Víctor Gómez Rodríguez.

Entrevistado en el diario ‘El Comercio’, Tapia los llamó “el trío de la muerte”. Los apodos, por cierto, son disparados de ambas trincheras. Los que se mueven en Palacio llaman a Lerner “Barrabás” porque ha juntado a todos los malos.

En su condición, Tapia recibía todas las mañanas el reporte proveniente de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). El lunes 21 ya no lo tuvo en su escritorio. Tres días más tarde, según cuenta en su carta pública a Lerner, la jefa del Gabinete de Asesores de la PCM, Cecilia Israel, le dio el encargo del premier “para que se me pidiera mi renuncia al cargo de asesor político que tú tan gentilmente me ofreciste”.

“El eje del mal”

La alineación del “eje del mal” pierde de vista que Villafuerte y Gómez Rodríguez mantienen una relación de rivales. El segundo, capitán EP retirado, amigo y promocionario de Humala, laboró en Southern y Antamina. Una temprana crisis lo vio enfrentado a Villafuerte, que buscó imponer a personal cercano a él en la DINI. Al final, y luego de un conato de renuncia, Humala le ratificó su confianza en una decisión con la que también parecía buscar establecer un contrapeso de poderes. Humala y Gómez Rodríguez despachan diariamente por medio de un teléfono encriptado.

Mientras tanto, el coronel retirado Villafuerte, instalado en Palacio, se dedicó a reforzar su parcela de poder. En setiembre visitó por lo menos en dos oportunidades la sede de la Dirandro, en San Isidro, y recibió información detallada sobre el ‘Programa Constelación’ de interceptación telefónica legal.

Atentos observadores llaman la atención porque los Consejos de Ministros no se realizan regularmente – en Palacio lo atribuyen a los vaivenes de la coyuntura– y que se han suspendido los Acuerdos Supremos, que son los despachos semanales de uno a uno que el Presidente de la República mantiene tradicionalmente con los ministros.

“¿Con quién gobierna el Presidente entonces?”, se pregunta preocupado un amigo de los muchachos que aún integran la zurda de Siomi. “¿Con Favre y Villafuerte?”. El premier se debió tragar el sapo de la salida de Tapia. Pero algún descontento debió expresar cuando, el lunes 29, declaró que no sabía quién le pagaba a Favre, ya que no es funcionario público.

Por su parte, a los ojos de la pareja presidencial, Favre fue vital para “aggiornar” al candidato Humala, que ganó desde el centro y no desde la ultraizquierda que ahora el argentino le enrostra a Tapia en la guerra que ambos libran por Twitter (ver recuadro). Según ‘Caretas’, resulta obvio que los consejeros de Humala siguen una línea más pragmática y cercana a la inversión para sofocar los conflictos sociales, mientras que el ala izquierda de la PCM complejiza mucho más las controversias.