Michael Smith, estudiante graduado en la Universidad de Cornell que investiga el comportamiento y la evolución de las abejas, sufrió un día que llevaba pantalones cortos la desagradable experiencia de recibir el picotazo de una de ellas en los testículos.

Sorprendentemente, el joven no sintió tanto dolor como era de esperar, así que se le ocurrió pensar cuáles serían las partes del cuerpo en las que estas picaduras son más insoportables.

Como vio que no existía ninguna literatura científica al respecto, sí hay una lista de las picaduras de insectos más potentes, pero no especifica la parte del cuerpo más sensible, decidió crearla con un único sujeto de experimentación: él mismo.

Según explican en la web de National Geographic, Smith recogió una serie de abejas por sus alas y las presionó contra la parte de su cuerpo elegida. Dejó el aguijón durante un minuto completo antes de eliminarlo y valoró el dolor en una escala del 1 al 10.

Aunque el dolor es subjetivo y muy difícil de medir, las escalas numéricas suelen dar resultados bastante aceptables.

Gracias a su experimento, pudo comprobar que la nariz, los labios y el pene son las partes más dolorosas cuando se es picado por una abeja.