Según un último estudio científico, Mercurio, el planeta más cercano al Sol, se encogió al enfriarse, en un proceso que dejó multiples crestas y “arrugas” en su corteza.

Los científicos ya habían constatado este fenómeno basándose en imágenes captadas por la sonda Mariner en la década del 70 y ahora con un sistema nuevo han podido estimar estos nuevos datos.

“Con Messenger hemos obtenido ahora imágenes de la totalidad del planeta en alta resolución, y especialmente a diferentes ángulos del Sol, por lo que podemos ver características que el Mariner 10 no había revelado”, dijo Steven A. Hauck, uno de los estudiosos.

Las imágenes del Messenger, que fue lanzado por la NASA en 2004 y ya ha completado cerca de 2.900 órbitas en torno a Mercurio, permitieron determinar que la contracción de la superficie del planeta fue mucho mayor de lo que se pensaba.

En base a estos primeros registros, los científicos habían calculado una reducción del radio de Mercurio de entre uno y tres km a lo largo de su historia.

Pero esas estimaciones contradecían las predicciones de modelos

matemáticos, según los cuales el planeta debía haberse contraído mucho más al enfriarse a lo largo de 4.000 millones de años.

Se estima que el centro de Mercurio tiene unos 4.000 km de diámetro y está cubierto solo por una capa fina de roca que podría no sobrepasar los 420 km.

En la edad temprana de Mercurio su corazón habría sido líquido. Posteriormente, al enfriarse y solidificarse, ese centro habría perdido volumen, “arrugando” y contrayendo su fina cobertura de roca.

Fuente: BBC