En los últimos cuatro años ha prestado su voz a un personaje animado y ha interpretado a Maléfica, pero en lo que se ha centrado Angelina Jolie es en su carrera como directora, con su segunda película, Unbroken.

Trabajos que ha alternado con su labor humanitaria, mientras piensa en la posibilidad de involucrarse en política en un año en el que además se ha casado con Brad Pitt, con el que tiene seis hijos.

Una vida de lo más ajetreada para una de las actrices más admiradas y deseadas, que no tiene ninguna intención de bajar su ritmo de trabajo ni siquiera cuando se mete en producciones tan complicadas como la de Unbroken (“Invencible”).

En este filme, Jolie cuenta la historia real de Louie Zamperini, el hombre que apuntaba maneras como delincuente juvenil pero que se recicló como atleta olímpico en Berlín 1936 y fue héroe de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la contienda pasó 47 días en una barca en medio del océano y fue prisionero de dos campos de concentración japoneses, donde vivió en un régimen de casi esclavitud, una historia recogida por la escritora Laura Hillenbrand y ahora llevada al cine por Jolie.

Una historia que fascinó a Jolie. “Hay mucho dolor en este mundo y creo que necesitamos relatos como la historia de un hombre que encuentra el camino en la más profunda oscuridad para acabar emergiendo en la luz, relatos que nos puedan ayudar, inspirar, mostrarnos algo notable y hacernos ver la vida de forma positiva”, asegura la cineasta en las notas de producción.

NO PUEDES DEJAR DE VER: Angelina Jolie en pleno rodaje de Unbroken

Un tercio de la película se desarrolla en el pequeño espacio de la balsa, perdida en la inmensidad del océano y rodeada constantemente por tiburones, escenas muy bien rodadas desde el punto de vista técnico pero a las que les falta el extremo dramatismo que se intuye debió rodear a los tres soldados en muchos de los momentos que pasaron en el mar.

Otra gran parte de la película se desarrolla en los campos de concentración japoneses en los que estuvo internado Zamperini, a las órdenes de Mutsushiro Watanabe, un cruel soldado nipón al que interpreta sin demasiada convicción Takamasa Ishihara.

Pero si la película es brillante en el continente, no lo es tanto en el contenido, en el que Jolie se detiene en exceso en los pequeños detalles que demuestran el aguante y el valor del protagonista, pero pierde de vista el conjunto general y la actitud que sin duda tuvieron todos los presos estadounidenses y no solo Zamperini.

Con esta segunda película, la actriz y directora demuestra un gusto por las historias complejas y en las que el ser humano pasa por grandes sufrimientos. Efe.

TAGS RELACIONADOS