Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, cortaron la tarta nupcial en el ágape que la reina Isabel II de Inglaterra ofreció a los invitados a la boda del príncipe en el palacio de Buckingham, en Londres.

Unas 600 personas fueron invitadas a la recepción que siguió a la ceremonia religiosa que tuvo lugar en la abadía de Westminster, donde el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, casó a la pareja.

Según fuentes del palacio, la tarta, colocada hoy en la galería del palacio, fue elaborada por Fiona Cairns, una famosa repostera que vende tartas y dulces en las tiendas británicas más exclusivas y que en febrero pasado recibió el encargo de la pareja.

Para esta ocasión Cairns preparó una tarta de ocho pisos con 900 flores de azúcar y un glaseado blanco.

Tras una labor de cinco semanas, Cairns montó una tarta de frutos secos decorada con flores que simbolizaban la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda.