La excentricidad de Lady Gaga reunió a miles de putrefactos cadáveres en un cónclave dónde lo bizarro y lo irreal fueron la cuota de entrada a uno de los shows más impresionantes del año. Lima terminaba de superar la fiebre asiática que se apoderó de ella, hasta que una ola de frikis la abrumaron nuevamente.

Stefani Angelina Germanotta, hace mucho que dejó su nombre de pila para mostrarse al mundo como un ser “no humano” que ella misma bautizó como Lady Gaga. La cantante pop del momento no sólo demostró por qué pelea el título de la nueva princesa del pop, sino que convenció a más de uno en que su espectáculo, llamado ‘The Born this way ball Tour’ es –ya sin lugar a dudas- el mejor que se ha visto este año.

Las puertas del Estadio San Marcos se abrieron ante un mar de ‘monstruitos’ a las 17:00 horas. Una cresta agresiva de fans que, luciendo los atavíos más inusuales, pelearon el privilegio de ingresar al exclusivo ‘Monster Pit’, la zona privilegiada dentro del show que les permitiría estar más cerca a su diosa e incluso tentar la gloria de subir al escenario para cantar junto a ella, respirar su mismo aire, y hasta tocarla.

La gran expectativa se dejó ver desde temprano, pero fue a las 19:30 horas que el gigantesco escenario se dejó calentar por una banda que, directo del Reino Unido, traían el más extravagante hard rock que se haya oído en nuestro país.

The Darkness, liderada por los hermanos Hawkins, dieron los primeros acordes de la noche interpretando éxitos como “I Believe in a Thing Called Love”, “Love is Only a Feeling” y “Growing on me” en la agudísima e inconfundible voz de Justin Hawkins. Aunque este grupo merecía un público más rockero, la respuesta de la gente fue positiva. Esperemos que vuelvan con su propio espectáculo dentro de poco a nuestro país.

PROBLEMAS TÉCNICOS

Cuando el reloj marcaba las 21:10 horas, y todo parecía indicar que Lady Starlight continuaría calentando motores, un impredecible anuncio desanimó a los ansiosos fans de Lady Gaga. “Queremos informar que el show se retrasará por problemas técnicos”, fue el malaventurado anuncio que fue recibido entre pifias del público.

Para calmar la furia de los ‘little monsters’, la producción no tuvo mejor idea que poner a sonar música clásica mientras se arreglaban los problemas en las pantallas. Al parecer, el repertorio de melodías se encargó de desesperar, más que de aplacar, la ira de los asistentes.

EL NACIMIENTO DE UNA CRIATURA “NO HUMANA”

Cuando la desesperación llegaba a su punto más álgido, las luces irrumpieron su destellar para dejar caer el telón que desvestía un monstruoso castillo medieval. Eran las 22:30 de la noche y el ‘Haus of Gaga’ nos daba la bienvenida a un mundo bizarro y tétrico. Tras la introducción de la gira, las puertas del castillo se abrieron dejando a relucir una gigantesca vagina de la que, “nacía” una jadeante Lady Gaga, para locura de sus fans.

“Perú, ustedes son el futuro”, dijo la intérprete para arrancar con el tema que le daba nombre a la gira: “Born this way” convirtió San Marcos en una fiesta de luces, bailarines y parafernalia al por mayor.

Durante su show, la artista neoyorquina cambió de atuendo más de quince veces con la velocidad de un leopardo. Incluso los raudos cambios de vestuario dieron que pensar si es que la cantante de pop tenía a su doble tras bambalinas.

Toda vestida de blanco, almidonada y siniestra, Lady Gaga salió de un huevo para cantar “Bad Romance” a su legión de fans. Su cuerpo de baile, compuesto en su mayoría por hombres, contagiaban al público al ritmo de sus frenéticos movimientos.

“Yo no soy una mujer. Yo no soy un hombre. Yo no soy humana. *Quiero preguntarles, ¿quién es Lady Gaga? Yo soy ustedes”, proclamó Gaga para cerrar en español masticado “¡pequeños monstruos en Perú!”, antes de someter a sus fans con “Judas”.

DISCULPAS ACEPTADAS

Consciente de la espera que sufrieron sus pequeños ‘hijos’, Lady Gaga aprovechó para disculparse con sus fans peruanos por los problemas técnicos que retrasaron su salida. El poderoso grito de los ‘little monsters’ daban por aceptada las dispensas y la ‘Mother Monster’ arrancó de inmediato con “Telephone”.

Siguiendo con sus excentricidades, la cantante se convirtió en una motocicleta que flameaba la bandera peruana en la llanta trasera e interpretó “Heavy metal lover”, mientras se entregaba a las caricias y sugerentes poses sexuales de una bailarina. Luego arrancó con “Bad Kids” y aprovechó para regalarle al Perú un poco de carne, al subirse de a pocos su microvestido negro hasta mostrar el trasero, tal y como lo hiciera Madonna en uno de sus últimos conciertos.

ACARICIANDO LA GLORIA

Como era de esperarse, la estadounidense le agregó una cuota sentimiental a su show al subir a tres fans que eligió al azar del tumulto formado en el “Monster Pit”. Uno de ellos, no pudo contener el llanto y se lanzó a los brazos de la hada friki. “No llores, te amo muchísimo”, le dijo Gaga acariciando su rostro con tono maternal y colocándole una brillante tiara en la cabeza.

Sin embargo, tanta dulzura no pudo pasar por alto un incómodo momento, cuando uno de sus fans subidos en el escenario le regaló una bandera ecuatoriana, dejando contrariada a la intérprete. La molestia y pifias de algunos fans no se hizo esperar pero fue inteligentemente apagada por Gaga cuando ésta sentenció: “Todos somos una gran familia”.

Otros fans que estaban a su lado realzaron nuestra identidad y salvaron la situación regalándole un chullo y un chaleco con diseños andinos que no dudó en ponerse e interpretar la canción “Hair”. La canción culminó con una alocada Lady Gaga corriendo por la pasarela del “Monster Pit” flameando nuestra bandera, mientras los asistentes se hinchaban el pecho de orgullo.

“Yo escribí esta canción para sentirme fuerte”, les dijo a sus seguidores para dar pase a “Yöu and I”, un tema que llevó hasta las lágrimas a muchas personas en el público, y que fueron mostradas en las pantallas gigantes del Estadio San Marcos.

Tal y como lo hiciera en la Alfombra Roja de los MTV VMA 2010, Lady Gaga reapareció en el escenario luciendo su polémico traje hecho de carne cruda, cantando la archiconocida “Poker Face” y terminar metiéndose a una gigantesca moledora de carne. La excentricidad de Gaga no supo de límites.

El momento de los hits continuó con “Alejandro” y “Paparazzi”, para que la diosa del pop se despidiera de su público tras casi dos horas de show. “Lo siento, pero me tengo que ir. Esta es la última canción. Solo quiero recordar una cosa de ustedes… ¡quiero verlos bailar!”, dijo antes de cantar Scheiße y despedirse con un peruanísimo “Te amo, Perú”, en español.

Lady Gaga desaparecía del escenario, pero el impaciente público que esperó por horas no la dejaría ir tan fácilmente. Tras eternos minutos gritando su nombre, las luces se volvieron a encender, apuntando a la planta alta de su castillo, en el que la intérprete volvió para sus fans con la canción “The Edge of Glory”.

Cerca de la 1:00 de la madrugada, la neoyorquina volvió a subir a cuatro fans de entre el público quienes entonaron al unísono “Marry the Night”, sin despegarse de su ídolo. “Estos son los fans del Perú. Son hermosos”, expresó Gaga señalando a sus emocionado ‘little monsters’ quienes respiraban el reconocimiento de pisar el mismo escenario de su artista favorita, y cerrando la noche con esta aparición.

Por más de dos horas, Lady Gaga regaló una noche que, para muchos, será la de sus vidas. Un despliegue técnico de primer nivel, la escenografía más grande que se haya visto en nuestro país y la humildad de una intérprete que, además de éxitos en la radio, hizo sonar su corazón al mismo ritmo que el de los peruanos.

Por: Robinson Reyna (@rob_core)