Estamos acostumbrados a escuchar historias donde el final milagrosamente termina siendo bueno para todos, pero la historia de Duke no fue así. Sin embargo, sus dueños se encargaron de hacer el final lo más feliz posible.

Duke fue adoptado por una familia hace tres años. A lo largo del tiempo se le presentó una terrible enfermedad llamada Osteosarcoma que es un tipo de cáncer agresivo el cual no se pudo tratar con ningún tratamiento. Al notar que el sufrimiento del canino era cada vez mayor por la enfermedad, se vieron en la difícil decisión de dormirlo.

Pero antes, la familia decidió hacer que su último día de vida de Duke sea su mejor día. La fotógrafa Robyn Arouty estuvo encargada de fotografiar este último día que se tituló “Hoy me he muerto. Por Duke Roberts”.

Aquí te presentamos un resumen de lo que fue este especial día para Duke.