Según los investigadores, estos animales podrían ser una herramienta muy útil para la prevención de estos brotes hospitalarios que causan graves problemas en todo el mundo.

Cliff, un beagle de dos años empleado para el estudio, detectó la superbacteria con un 83% de precisión.

Actualmente las pruebas de laboratorio para diagnosticar el contagio son lentas, costosas y pueden retrasar el inicio del tratamiento hasta por una semana.

Tal como señalan los científicos en BMJ (Revista Médica Británica), emplear a un perro en las salas de hospital para detectar a pacientes contagiados es una forma “rápida, eficiente y popular” para prevenir la propagación del microbio.

Las pruebas con Cliff fueron realizadas en dos hospitales en Amsterdam, Holanda, donde igual que en otros países del mundo, se están llevando a cabo enormes esfuerzos para reducir las tasas de infecciones de C. difficile.

Fuente: BBC